En medio de la crisis en Pediatría, médicos sostienen que sólo en 2022 perdieron 20% de ingresos

Obras sociales y prepagas aumentaron el año pasado entre 50 y 75% mientras que la inflación fue de 94,8%. Además advierten que las cuotas de los planes de medicina privada cerraron con una suba acumulada del 113,8%. En un quinquenio lo que les pagan se devaluó 4 veces respecto del dólar.

En medio de la crisis en Pediatría, médicos sostienen que hace 5 años vienen perdiendo frente a la inflación. | Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
En medio de la crisis en Pediatría, médicos sostienen que hace 5 años vienen perdiendo frente a la inflación. | Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Pediatras mendocinos advierten que el valor que perciben por los servicios que prestan viene en franco deterioro desde hace cinco años. Una muestra de ello es que solo en 2022, los aumentos que recibieron por las prestaciones perdieron entre 20% y 50% respecto de la inflación.

Así lo detalló a Los Andes el doctor Juan Manuel Gamboa, referente de la Unión de Pediatras Mendocinos (UPEM), que advirtió sobre esta grave situación en un comunicado. Agregó que lo que pagan obras sociales y prepagas viene en descenso desde 2018 y en estos cinco años, lo que perciben se ha devaluado 4 veces. Los datos vienen a ponerle números a una situación sanitaria compleja en cuanto a la disponibilidad de especialistas.

Se da en un contexto de crisis en varias especialidades pero en particular en pediatría, dado que faltan médicos para cubrir la demanda. Sucede que por el deterioro de los ingresos que perciben por su tarea, mejores oportunidades fuera de la provincia y del país y malas condiciones de trabajo, se han ido perdiendo profesionales que optan por trabajar fronteras afuera. Más aún, hay quienes directamente deciden dedicarse a otra actividad. El cuadro se complejiza porque los médicos más jóvenes no se sienten atraídos por esta especialidad por lo que se han reducido quienes se están formando lo que genera un escenario que preocupa en un futuro próximo.

Según los análisis que hace la organización, durante todo 2022 las obras sociales aumentaron desde 50% el valor de la prestación o atención en consultorio y las que más aumentaron, que fueron prepagas, otorgaron un incremento de 75,6%. Sin embargo, la inflación acumulada el año pasado fue de 94,8%. Tomando en cuenta las entidades que mejor pagaron, en enero de 2022 la consulta en consultorio tenía un valor de $1.153, un año después, era de $2.036.

Hacen un análisis similar en relación al costo del dólar, frente al cual pierden mucho más. Es que según explicó el médico eso permite comprender por qué el país pierde profesionales ya que el pago por consulta ha disminuido notoriamente en relación a otros países de la región y la forma de compararlo es por su valor en dólares.

Detalló que en Uruguay la consulta se paga 25 dólares, en Brasil, 22 dólares y en Chile, más. En 2017, Argentina estaba en un nivel similar y se pagaba a 20 dólares en el mejor de los casos, hoy, entre 4 y 5 dólares. “En 5 años nos hemos devaluado cuatro veces en relación a la moneda norteamericana”, afirmó.

Actualmente el valor de la consulta o prestación en consultorio que pagan las obras sociales es de entre $1.500 y $2.500. En el mejor de los casos, cuando se trata de una prepaga puede llegar a $3.000.

El médico agregó que la pérdida del año pasado puede considerarse incluso mayor, de 40%, si se toma en cuenta el aumento de ingresos de las empresas de medicina prepaga. Es que según detalla la entidad las cuotas de los planes cerraron con una suba acumulada del 113,8%.

Agregan que el aporte por afiliado a las prepagas en Argentina es de entre 90 y 110 dólares mensuales. “Y en esos países mencionados, al comparar el cobro, es casi idéntico e inclusive menor”, resaltó.

Para sumar ejemplos tomó el caso local: dijo que OSEP acaba de modificar el monto que paga y lo dejó en $1.600 más $1.000 pesos de coseguro a cargo del afiliado.

Escenario complejo

La crisis en pediatría no es propia de la provincia sino que afecta a todo el país. En el caso de Mendoza se agrava por la cercanía con otros puntos mejor remunerados como Chile y San Luis.

La Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros) denunció un colapso en la atención médica hace algunas semanas cuando el brote de virus sincicial incrementó la demanda. Pero los médicos y hospitales también advierten las dificultades, las guardias deben priorizar los casos más graves por falta de médicos y llegaron a requerir hasta 6 horas de espera para la atención. Asimismo, quienes están trabajando lo hacen en malas condiciones por la sobredemanda o inevitablemente, expresan, termina por afectar la calidad de la atención. Entre pocos deben atender demasiados pacientes o las guardias se extienden quizás 30 horas porque no hay reemplazo.

Durante 2023, el sistema sanitario de Mendoza abrió llamados para cubrir 43 cargos en Pediatría, pero solo lograron cubrir una cuarta parte porque se presentaron 11 médicos.

Pero las condiciones laborales no expulsan solo a los pediatras. Es en especialidades críticas donde más se están perdiendo profesionales, justamente aquellas sobre las que, antes de que comenzara este movimiento ya se advertía falta de especialistas. Neonatólogos y terapistas se encuentran en el podio de los que más se mencionan entre quienes deciden dejar sus puestos de trabajo o reducir la dedicación para viajar a hacer guardias a otro lugar con mejor paga y mejores condiciones.

Luego se mencionan cardiólogos, diabetólogos y reumatólogos pero también médicos de familia y tocoginecólogos.

El asunto es que la formación de un profesional con especialidad puede demandar entre 10 y 15 años. Es un gran esfuerzo para los médicos que además mantienen una formación contínua, con alta exigencia y responsabilidad. Desde adentro del sistema tanto público como privado remarcan que se trata de pérdidas irreparables porque cuando se van, cuesta cubrir el puesto.

Preocupación por el futuro

Ante esta realidad, en un comunicado la Unión de Pediatras Mendocinos (UPEM) señala : “Vivimos con gran preocupación la delicada problemática que se ha instalado en el sector pediátrico tanto público como privado. Sí bien son numerosas las causas que nos depositaron en esta realidad, entendemos que una de las claves para salir de este pozo, es sencillamente la revalorización económica de la pediatría en todos sus ámbitos”.

Reclamo de padiatras
Reclamo de padiatras

“El éxodo de especialistas de la pediatría en nuestra provincia -explica- está directamente relacionado a la fuerte devaluación económica de nuestros honorarios en los últimos años. Asociado a ello, nos encontramos con una gran resistencia de parte de las obras sociales y empresas de medicina privada para generar convenios que nos saquen de ésta situación”.

Gamboa explicó que asimismo, los valores netos los perciben los médicos que tienen acuerdos directos con las entidades prestadoras, y que son una mínima proporción. La mayor parte trabaja en clínicas, consultorios y hospitales en los que les retienen alrededor de 25 a 30% del valor de la consulta. Además, en muchos lugares les cobran un alquiler, lo mismo que deben pagar si tienen su consultorio particular y a lo cual se suman otros costos como Afip, insumos, instrumental, servicios, seguro por mala praxis, caja previsional, etcétera.

“Por eso nace UPEM para negociar con las prestadoras y que se escuche nuestra voz”, destacó el pediatra.

Otra gran problemática es que el promedio de cobro (lo que deben esperar para recibir el pago) es de 3 meses. Con la inflación actual esto puede significar una pérdida de 25% en promedio.

“En un hospital la situación es similar, solo cambia que no cobras por paciente si no que tenés un sueldo pero cuando lo relacionás con las horas trabajadas están en una situación igual o peor”, detalló. El promedio de pago en el Estado es de alrededor de $2000 la hora de trabajo, un médico que recién empieza puede ser menos y mucho menos si se es residente.

“Hace una semana me comentaban de un neonatólogo en Tunuyán a quien le convenía atender una verdulería que hacer guardia en el hospital, un caso al que hay que sumarle 2 años más de formación para la especialidad en Neo”, comentó. Casos así surgen en el universo de los médicos locales.

El profesional destacó que hay un malestar generalizado y mucha frustración y puso en relieve que los pediatras ganan menos que otras especialidades médicas lo cual desmotiva a elegir esta opción. “Si no hay cambios, noticias como que se cierran guardias o que se quedan sin pediatras en tal lugar van a empezar a ser pan de cada día”, anticipó.

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